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En este blog podrás encontrar una antología de las más interesantes, extrañas y sobresaltantes supersticiones y ritos mágicos; así como relatos y experiencias de los creadores.

sábado, 20 de junio de 2009

Los Condenados


Cuando alguien muere de manera trágica, suicidio o accidente, o cuando aún no ha limpiado sus culpas antes de morir. Estas almas son rechazadas por Dios y entonces debe purgar sus culpas, viviendo una temporada entre nosotros como condenado.


Estos condenados normalmente viven en cuevas, o al lado del cementerio. Desde ahí lanzan gritos y lamentos terribles, ya que los diablos los azotan o los cuelgan de noche con cadenas. Su aspecto varía mucho pero la cadena parece ser un rasgo permanente. Suelen tomar la forma de animal, pero también aparecen como personas vestidas con un hábito de monje o de negro, o con túnica blanca. A veces usa botas rojas, de fuego. Cuando aparecen en las ciudades se presentan frecuentemente en procesión, pero muchas veces se muestran solos, escondiendo el rostro, que es una calavera, para no ser reconocidos. Es por esa razón que se le describe a veces como un bulto.


El condenado busca llevarse alguien con él, comerse a quienes están salvos. En especial agarrar su alma, forma en que encuentra su salvación, cambia su suerte. En otros casos busca comer la cabeza o los sesos de su víctima, ya que ahí está la sede del alma.
Este último es el caso que me contaron cuando tuve la oportunidad de viajar a la sierra. Los pobladores de las alturas creían que las veces que han encontrado personas muertas, sin sesos. Es porque los condenados le han robado el alma.

Uno puede librarse del condenado que se lo quiere llevar de varias maneras. Es posible protegerse con oraciones, agarrando un crucifijo y pronunciando el nombre de Jesús. También con algunos objetos como la lana de llama, las fajas de colores, los panes, la sal, el jabón, la música del «cacho» (corneta de cuerno) y también los niños. Inclusive cuentan que en algunas oportunidades se les ha prendido fuego o se les ha destrozado a hachazos, logrando que salgan en libertad, convertidas en palomas, las almas que había tragado. Pero es muy importante tener la iniciativa. Cuando uno le sorprende y lo ve primero puede vencerlo o escaparse; en caso contrario, es él el quien nos atrapa.

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