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En este blog podrás encontrar una antología de las más interesantes, extrañas y sobresaltantes supersticiones y ritos mágicos; así como relatos y experiencias de los creadores.

viernes, 24 de abril de 2009

Magia blanca Vs. magia negra



Muchas veces nuestros abuelos nos han narrado historias interesantes que nos dejaron impactados o desconcertados. Viene a mi memoria el día que me senté en el jardín, junto a mi abuela, inquieta, le pedí que me contara una experiencia paranormal que haya tenido; ella me miró y comenzó a narrarme un pasaje de su vida.

Recuerdo, hace mucho tiempo, cuando habitaba en el campo y me sentía muy enferma, fui al doctor y me dijo que no tenía nada. Una amiga con conocimientos de vidente, me aseguró que me estaban haciendo daño, alguien quería verme sufrir y me estaba provocando dolores en los huesos; me recomendó que vaya donde un curandero que hacía magia blanca y vivía en lo alto de un cerro, él en un mesada a las 12 de la noche, me curaría.

En compañía de una amiga comencé a subir el empinado cerro, oscurecía, daban las 11, nos faltaba poco para llegar. De un momento a otro escuchamos los galopes de un caballo, no vimos nada, pero poco a poco el ruido se hacía más fuerte; entonces, vimos un hombre con capa negra que montaba un caballo, su aspecto era tenebroso, su imagen se difuminaba entre los arbustos, parecía que andaba en el aire.
Se acercaba cada vez más a nosotras, temblábamos de miedo; mi amiga saco un crucifijo que lo llevaba colgado en su cuello, comenzó a rezar y a hacer la forma de la cruz en el aire apuntando al jinete, éste se esfumo.

Nos quedamos asustadas, corrimos desesperadamente y al fin llegamos a la casa del curandero; le contamos lo que nos sucedió y él nos dijo que ese jinete que vimos era su opuesto, un brujo que hacía magia negra y que dañaba a las personas que deambulaban en la noche por el cerro.
Comenzó la mesada, me limpio con un cuy negro, rezo, invocó a Dios; ésta sesión duro tres horas, hasta que logró sacarme el mal que llevaba dentro.

Al amanecer retornamos al pueblo y a los pocos días me sentí mejor, dejaron de dolerme las piernas, las manos y la cabeza; ahí comprobé que lo que me habían hecho, era brujería y esto me estaba matando poco a poco.

2 comentarios:

  1. Muy interesante el artículo, cosas que no sabia lo aprendi.

    Gracias y felicitaciones

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  2. buen articulo felicitaciones.

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